La generación del sandwich

Los que hemos nacido en 1973 o antes somos la generación del sandwich

Por un lado seguimos educando y tutelando a nuestros hijos y por otra estamos pendientes de la salud y cuidado de nuestros padres. Estamos  en un momento de la vida nuevo para nosotros, un momento agridulce, estamos en la cara B de la vida. Y todo ello combinado con el desarrollo de nuestras propias vidas donde tienes que empezar a cuidarte, tienes que gestionar tu desarrollo profesional, tus finanzas, tus relaciones sociales, etc.

Este cóctel de responsabilidades es todo un reto en la vida de un cincuentero. Y no es fácil gestionarlo eficientemente para conseguir un equilibrio estable de sentimientos y emociones donde no puedes descuidar las 3 partes del sandwich: la tostada de arriba (cuidado de nuestros progenitores), la tostada de abajo (llevando por el bien camino a nuestros hijos) y el interior del sandwich, que no deja de ser tu mismo y tu propio cuidado personal y tu desarrollo profesional, ¡el jamón y el queso!

No tengo la receta perfecta para elaborar el sandwich perfecto, lo siento. De hecho no existe el sandwich perfecto. Cada uno de nosotros debe saber cúando tiempo debe dedicar (y con cuánta intensidad) a cada uno de los 3 elementos. Todo depende de los ingredientes que tenga en ese momento y cómo sea la calidad (de vida). de cada uno de ellos.

La tostada de arriba

Como buenos hijos que somos, debemos cuidar a nuestros padres. Y en este momento de la vida en el que estamos, en la cara B de la vida, debemos tener cierta sensibilidad por nuestros padres: llamarles de vez en cuando, ir a verlos y darles el cariño que se merecen en la última etapa de sus vidas. Es lo mínimo que podemos hacer. Y no siempre lo hacemos. Grrr

La tostada de abajo

¡No sé por dónde empezar! Estamos viviendo un momento inédito en la sociedad actual donde los teenagers son más independientes que nunca y donde sus referentes no son los padres. Hablo de la influencia de las redes sociales y la dependencia del móvil. El adolescente de hoy invierte (gasta) una media de 4 a 6 horas al día viendo contenidos en su móvil, principalmente vídeos en youtube y mierdas en instagram y tiktok. Y cuando dejan el móvil se ponen a jugar online en la consola. Esto es una desgracia y nadie sabe cómo combatirlo.

El jamón y el queso

A partir de cierta edad tienes que cuidar tu salud, tanto física como mental. Empiezas a hacerte chequeos médicos para comprobar que la maquina funciona correctamente. Te propones hacer ejecicio físico de vez en cuando para que no te dé lumbago cuando coges las bolsas de la compra, cuidar tu azúcar y tu tensión, etc. Insisto, la cara B de la vida.

Con respecto a tu carrera profesional estás en un momento en el que las empresas empiezan a verte como un recurso caro y viejo. Fácilmente sustituible por dos recursos con la mitad de edad y la mitad de tu sueldo. Además, tienes que seguir actualizándote en tu área de especialización: marketing, ventas, finanzas, etc. Tienes que seguir formándote porque la tecnología avanza más rápido que tú y no te puedes quedar atrás. Lo que actualmente llaman longlife learning o el valor de la formación permanente.

Contexto actual

A todo esto hay que tener en cuenta el contexto social, político y económico en el que estamos, con más incertidumbre que nunca. Pero también hay que decir que tenemos acceso a más medios que nunca: internet, tecnología, inmmediatez… Pero el día nos come poco a poco: reunión tras reunión, montones de emails, webinars fuera del horario, deadlines imposibles, etc.

Nos va a dar algo un día si no sabemos gestionar esta situación. Tampoco trengo la receta perfecta para gestionar este cóctel de responsablidades.

Colorario

Después de haber compartido esta reflexión con vosotros, no tengo un razonamiento lógico o juicio para saber llevar este momento de nuestras vidas. Lo que sí os puedo decir es que cada uno debe saber llevar su “movida” de la mejor manera.

Si perteneces a esta generación, sabrás de lo que hablo. Y si tienes alguna receta para cocinar el sandwich perfecto, hámelo saber que no quiero que se me queme en algún momento de mi vida. Como le dijo un jardinero a otro, disfrutemos mientras podamos. 

Feliz verano.

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